Hola,
soy una it girl, y por si no te has enterado estoy muy de moda. Lo estoy
porque hago lo que quiero, y siempre impecable, mi aspecto alocado y juvenil me
hace irresistible a los hombres de cualquier edad, y a las marcas, que adoran mi
imagen, pero yo soy muy libre, porque las uso porque quiero. Tu sin embargo,
tienes que estudiar, que trabajar -a veces en trabajos muy muy bajunos- y
madrugar. Yo no madrugo, porque lo bueno para la piel es dormir ocho horas, y
como me acuesto a las seis de la mañana porque siempre voy a fiestas de postín
con actores y actrices -que a veces también son it girls- tengo que
levantarme al menos a las dos de la tarde. Mi estylo es único, me gusta mezclar
prendas exclusivas -que se llaman exclusivas porque te excluyen a ti de su uso-
de diseñadores famousisimos con prendas de mercadillo, pero no te equivoques,
los mercadillos a los que yo acudo no son como los de tu pueblo, en los que hay
la misma ropa que en el chino, sino elegantes versiones del Portobello Road
Market que hay en mi capital, donde sólo hay ropa y complementos vintages y
centenarios.
Si
buscas mi nombre en internet, siempre me veras caminando a toda prisa por las
calles de alguna capital, yo no poso, no soy una modelo, aunque podría serlo,
porque soy delgada y bellísima, pero eso sí, muy espontánea, te recuerdo que no poso, y si
lo hago es haciendo alguna mueca graciosa, porque no te lo he dicho, pero soy
irreverente. Me encanta esa palabra. Además de la moda, que es mi religión,
tengo aficiones artísticas, como la música, el cine, y los museos. Hago mis
pinitos aunque no tenga preparación, y mis obras, sean pinturas, canciones o
cameos se pagan a precio de oro, porque el talento no se aprende, se lleva
dentro, como me pasa a mi. Por eso tengo tanto tiempo libre, porque no tengo
que estudiar ni trabajar como la gente del montón, el mundo reconoce el valor
que se concentra en mi persona y me quiere, me adora y me todos me persiguen, no yo a
ellos, porque valgo mucho, y reitero soy muy libre, y eso le gusta a la masa.
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