Nos
parece fenomenal que Paula Echevarría -me sale urticaria solo de
pronunciar su nombre, así que espero que los lectores valoren que lo
haya escrito- nos enseñe sus modelitos, sus complementos, sus
zapatos nuevos, que en cualquier revista nos cuenten los diez
peinados de la temporada, que en las tiendas de cosméticos podamos
elegir entre cientos de colores para nuestras uñas, pero si lo hace
un hombre...buah! odio a los metrsoxuales. Si
el hombre o chico en cuestión es gay no pasa nada: Me
encantan los gays, mi mejor amigo lo es,
se le está permitida la coquetería, pero si es heterosexual y ama
su cuerpo es un abominación.
Lo
mismo ocurre cuando una mujer no cuida su aspecto, o más bien,
cuando su vida no gira en torno a ello. Quiero decir, una mujer que
cuide su aspecto en la justa medida, lleve su pelo limpio y sano pero
sin usarlo como complemento de su sexualidad, no se maquille y no use
prendas de colores y formas vistosas, se dice de ella que parece
descuidada, que no se saca partido -esta
expresión es muy fuerte-, o que ya podría maquillarse un poco. Un
hombre con barba de cuatro días, pelo alocado, camiseta surfera que
está perdiendo el color y jeans una talla más grande de la que le
corresponde y rotos es un chico interesante, ¿por qué? ¿qué
transmite?, transmite que no le importa su imagen, que tiene cosas
más importantes que hacer, que su vida y su cerebro tienen un
contenido que tu no te quieres perder por nada del mundo.
Una
chica con ese aspecto parece una mendiga. A veces los medios nos
acercan modelos de mujer de este tipo, pero no son reales, están
peinadas de peluquería, maquilladas para parecer naturales y sus
prendas rotas valen más que las tuyas para las bodas. Yo hablo de
mujeres de verdad que no se maquillan, que parece que siempre llevan
la misma ropa porque la que tienen es poca y toda igual. Mujeres que
ya sea por su trabajo, su familia o sus aficiones, está ocupadas, y
no es que no tengan tiempo, es que deciden pasar olímpicamente de
las estupideces que la moda quiere imponerles, mujeres que incomodan
porque no centran su vida en hacer de sí mismas un objeto sexual, o
un complemento del pac de posesiones de su pareja: mi
coche, mi casa, mi mujer y mi perro.
Pero hoy quería hablar de hombres. Hombres coquetos que deciden
cuidar su aspecto y usa escotes. Por qué los criticamos. Seamos
conscientes de que las modas cambian, y que muchos de los que hoy
llevan pantalones capri, camisas de cuadros abrochadas hasta la nuez
y barbas kilométricas y kilográmicas son los mismos que antes
llevaban grandes hebillas en los cinturones y camisetas XXS. Es lo
mismo, sólo que ahora pertenecen al grupo de Facebook Hombres que
salen más escotes que sus novias. Los que aún llevan escote y
ropa apretada son simplemente hombres coquetos pasados de moda. Sin
embargo parecemos ser más tolerantes con los barbudos que con los
depilados. ¿Será quizás porque los depilados adquieren costumbres
típicamente femeninas siendo hombre heterosexuales? ¿O porque se
evidencia en su apariencia que se miman? No sé que es pero
detestamos que lo hagan argumentando egocentrismo y vacío mental, y
lo valoramos positivamente en todo tipo de mujeres y hombres de
estética más varonil aunque igualmente estudiada. Querido
creacionista, que crees que tu estilo es el único válido y el
definitivo, quiero decirte que las modas pasan, y que lo que llevas
hoy con orgullo lo criticarás mañana, igual que hoy te ríes de la
depilación masculina, los rosarios y los pendientes de brillantes,
querido creacionista, siento decirte que tú, también procedes del
mono.
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